
Me anime y fue una experiencia deliciosa
El sitio estaba a media luz, totalmente decorado en tonos rojizos y amplios muebles blancos con cojines rojos, era realmente elegante, no estaba completamente lleno, pero habÃa mucha gente. De fondo se escuchaba la música pop del momento, su volumen no era tan alto y eso permitÃa que la gente pudiera charlar, casi todos estaban en parejas, pero también habÃa pequeños grupos. Yo estaba totalmente aterrada, aunque portaba la bata-toalla que casi todos portaban, me sentÃa desnuda, mis pezones estaban endurecidos y rozaban la tela enviando pequeños hilos de excitación a mi cuerpo que tenÃa la adrenalina fluyendo a mil por hora. -Omar estoy asustada -¿Por qué? ¿No se supone que eres una chica liberal?, yo creo que ya tienes suficientes experiencias sexuales como para temerle a una más. -Omar, yo siempre he tenido sexo con alguien a quien al menos haya visto antes de consumar el acto, pero se supone que acá vas a tener sexo con cualquiera que asà lo desee, sin que previamente hayas siquiera hablado con esa persona. -Y ¿no te parece totalmente excitante eso? ¿No es justamente por eso que has venido? -SÃ, claro que el morbo me sobrepasa, pero también que las chicas hayan decidido a último momento no venir me ha “sacado de honda”. -¡Son una idiotas!, juegan de mujeres liberales, de mundo, de sexo y mira son unas cobardes, no se atreven a ir más allá. Estoy seguro que cuando salgas de acá, vas a ampliar tu horizonte sexual, nada se parece a lo que vas a vivir en un momento.
Omar era mi amigo desde hacÃa mucho tiempo, un amigo muy querido en quien, desde siempre, yo depositaba toda mi confianza, disfrutábamos mucho hablando de sexo, sin embargo jamás pensamos en unirnos para ir a un sitio como aquel, máxime que él y yo nunca tuvimos sexo entre nosotros, era un loco y tenÃa ya bastante tiempo de visitar aquel bar, era un bar de intercambio de parejas, de sexo en grupo y demás. Él era un tanto presumido de su virilidad, decÃa que ahà lograba sexo desenfrenado con las mujeres más bellas, durante horas, a mà la verdad Omar no se me hacia el gran “semental”, más bien me parecÃa que frecuentaba ese sitio porque ahà lograba sexo sà o sÃ. Todo el que asistÃa a ese sitio iba por sexo, incluso habÃa muchos que ni siquiera se cubrÃan con la bata-toalla y desde que ingresaban ya se quedaban totalmente desnudos, aunque por norma del establecimiento, nadie podÃa empezar a tener sexo o tocarse hasta la hora establecida para iniciar “la acción”, igualmente no estaba permitido tener sexo en el área del bar, solo se podÃa tener relaciones sexuales en el área destinada que eran una especie de pequeñas habitaciones, estas estaban separadas del bar por un pequeño pasillo. Según me habÃa detallado mi amigo Omar, esas habitaciones-cubÃculos tenÃan solamente un enorme sofá, una cama “King size”, un jacuzzi y un pequeño baño que era el único que tenÃa puerta, la opción de privacidad de aquella habitación era una cortina en la entrada principal, se suponÃa que cualquier persona debÃa tener acceso a cualquier habitación, y de ahà surgÃa que se hicieran grupos e intercambios, ninguna puerta obstaculizaba el libre tránsito de nadie, en cualquier momento era permitido entrar y participar en cualquier habitación con quienes estuvieran ahÃ.
Sexo, sexo y sexo… de ahà nadie se iba sin haber tenido sexo, mucho sexo. HabÃa personal de seguridad que vigilaba que las normas se cumplieran, pero estas eran muy básicas y mientras todos estuvieran de acuerdo… ¡casi todo era permitido! -¿Y qué pasa si nadie quiere sexo conmigo? ¿Si nadie me busca? -Te unes a una pareja o grupo en una habitación -¿Y si me rechazan? -No lo harán, pero si te rechazan en una habitación, buscas otra o te masturbas viendo a algunos. -Yo no quiero ver, yo quiero sexo -Lo tendrás, ¿eres idiota?, tienes lo tuyo, te van a sobrar hombres que te quieran dar hasta por el culo mi reina. Pero deja ya de estar nerviosa, ¿Por qué mejor no empiezas a hacerte ver?, anda, observa a los hombres que más te gusten. -A ver Omar, ¿Por qué no se puede decidir antes con quien te vas a acostar? -Ya te lo expliqué mil veces, pierdes esa magia de la sorpresa, del juego, es riquÃsimo, de pronto alguien te toma, te toca, te come y ya en la habitación te das cuenta como es y empieza lo mejor de lo mejor, es un morbo MORTAL, delicioso. Le hice caso a mi amigo y empecé a lanzar miradas atrevidas a varios hombres que me gustaron, ahà no solo no existÃan los celos, estaban prohibidos, asà que al descaro pasaba mi lengua por mis labios observando a los tipos con los que me encantarÃa tener sexo. No noté a ninguno particularmente interesado, pero si me observaron varios, estábamos en el periodo de “observación de las presas, antes de la cacerÃa”, tenÃa razón Omar el factor sorpresa me tenÃa acelerado el pulso. Pedà un tequila y me lo tomé de un solo trago, pedà otro. -Deja de tomar como demente, ¿quieres echar a perder tu primera vez acá? -El tequila me relaja y acelera mis hormonas -Estrelladas te van a quedar tus hormonas si tomas una copa más, ya tomaste suficiente.
La música cambió en ese momento, la luz bajó aún más, el tema que sonaba era sugerente e indicaba que estábamos ya en el momento de iniciar la acción. Contra mi voluntad y totalmente enojada conmigo misma por eso, todo mi cuerpo empezó a temblar, mis manos estaban congeladas. -Chao amiga, éxitos Omar se marchó de inmediato y de pronto me quedé sola sin saber qué hacer, me petrifiqué. En la penumbra vi una mano extendida hacia mÃ, la tomé, caminamos por el pasillo y después de pasar varias habitaciones, me condujo a una, entramos, sentà como sus manos en un momento bajaron mi bata hasta el suelo, se acercó y de pronto sentà como una boca se apoderaba de mi boca… ¡y unos pechos casi tan grandes como los mÃos se apretaban contra mis tetas!... ¡era una mujer! Me separé de ella tan rápido como pude. -No, lo siento, yo no soy lesbiana, me gustan solo los hombres. -Pues qué bueno que no lo seas, porque prefiero tener sexo con mujeres heterosexuales, de hecho me pareciste desde un principio heterosexual y por eso te busqué. Yo tampoco soy lesbiana.
Ella caminó y prendió la luz, esta no era luz total, era igual que la del bar, pero ya dejaba observar muy bien todo, la cortina seguÃa sin cerrarse y yo observé como seguÃan pasando parejas hacia las habitaciones que estaban después de “la nuestra”. La observé y la verdad esa mujer era muy bella, era mucho mayor que yo, pero estaba muy conservada, estaba totalmente desnuda, sin embargo llevaba puestos unos zapatos muy altos en color rojo, su maquillaje era perfecto, su boca pintada de un rojo muy fuerte la hacÃa verse muy sexi, no era muy delgada, tenÃa sus royitos, pero su cuerpo era muy sugerente, sus pechos me llamaron la atención, evidenciaban ser de buena factura, tetas de un buen Cirujano Plástico, no pude observar sus nalgas porque estaba de frente, pero estaba segura que también eran torneadas en consultorio. Ella se acercó de nuevo y buscó mi boca.
-No, creo que usted no me entendió, no voy a tener sexo con una mujer, quiero sexo con un hombre. Se acercó y buscó mi boca. -Relájate querida, esta noche ambas vamos a disfrutar mares. Su beso empezó muy suave y fue haciéndose más intenso, yo abrà mi boca, pero aun no lograba sentirme relajada, ni cómoda ni excitada, seguÃa aterrada. Sus pezones apretaban los mÃos y la “electricidad” me empezó a invadir, su boca era deliciosa y su lengua hacia una exquisita exploración en la mÃa, estaba perdida y solo me dejé llevar, ella me abrazaba por la cintura y yo entrelacé mis brazos en su cuello, era nuevo y diferente sentir una tetas tan apretadas a las mÃas, eran tan duras y firmes, las mÃas no lo eran tanto, pero al ser naturales tenÃan esa suavidad propia, además de ser muy grandes. De pronto, me fui excitando mucho con su beso y me unà besándola activamente, su lengua y la mÃa se entrelazaron, ella era una “besadora” experta, me encantaba como movÃa sus labios femeninos contra los mÃos, yo no llevaba un lápiz labial tan rojo como el suyo, pero estaba segura que ahora ambas llevábamos el mismo tono, me excitaba mucho y me daba un morbo intenso el saber que iba a tener sexo por primera vez con una mujer. Ella me tomó de la mano y me llevó a la cama, se colocó encima mÃo y siguió besándome, de pronto me di cuenta que ya habÃa perdido el miedo y me encontré gimiendo, ella respiraba ya en forma agitada, su pelvis y la mÃa tenÃan una fricción muy excitante, ambas tenÃamos nuestro vello púbico en solo una pequeña “hilerita” de pelitos muy bien recortados, el resto totalmente rapado, fue una deliciosa coincidencia porque al rozarnos esa pequeña porción de vellos hacÃan un contacto “rasposito” que lanzaba oleadas de placer, me estaba volviendo loca de deseo.
Ella puso mis brazos a cada lado sosteniéndolos con sus manos y bajó su boca a mis pechos, empezó a chupar un pezón y luego otro, después empezó a mamarlos, cerré mis ojos y decidà disfrutar ese momento intensamente, me di cuenta que sin verla, solo sentÃa y sentÃa, no importaba si era una mujer o un hombre, la excitación y el deseo era el mismo. Yo volaba de placer. Le dije en un susurro.
Ella se acomodó en la posición que yo estaba y yo intentando hacer una variación, subà sus piernas a mis hombros dejando su coño a la altura de mi boca, ella me miraba fijamente y yo empecé a mamarla mirándola fijamente también, era la primera vez que mamarÃa una concha, su vagina estaba totalmente húmeda, ese aroma particular nuestro, se me hizo sabor a una “nueva experiencia sensacional y única”, tomé su clÃtoris e intenté succionarlo de la forma tan increÃblemente excitante como ella lo habÃa hecho hacia solo un momento y por el resultado entendà que no lo estaba haciendo mal, ella gemÃa y gemÃa moviendo sus caderas de forma que mi boca paseaba por toda su vagina sin que yo dejara de “atender” a ese clÃtoris que estaba duro como piedra, yo sentÃa como mi coño estaba totalmente mojado. -Vente amor, acabemos juntas. Ella dio una pequeña palmada a su lado en la cama y yo me acomodé ahÃ, ella buscó mi boca y empezamos a besarnos al tiempo que ambas nos tocábamos primero ella en mi coño y yo en el suyo, pero al final cada una masturbaba el propio. Yo no aguanté más y separando mi boca de la suya me sumà en mi propio placer, me corrà fuertemente, gemà muy fuerte al llegar a la cima de mi placer, mi cuerpo se estremecÃa en forma involuntaria ante mi orgasmo, me quedé un momento sumida en esa relajación total y absoluta, mi corazón latÃa en forma acelerada. Cuando logré regresar al planeta tierra y abrir los ojos pude observar a aquella hermosa mujer madura llegar a su orgasmo, hizo una especie de grito ahogado junto con un gemido, seguido de un suspiro profundo, luego noté como su cuerpo se relajó, sus hermosas tetas subÃan y bajaban por su respiración sumamente agitada. Yo la observaba detenidamente… ella tenÃa toda la razón, el sexo y el placer venÃan de cualquier género. Ella abrió sus ojos y se volteó observándome. -Rico, ¿verdad? -Mucho, lo he disfrutado más de lo que jamás pude pensar. -¿Lista para ir en busca de mi marido? No tienes una idea de la verga deliciosa que tiene. -Muero por una verga -Igual yo querida, igual yo, aunque más bien muero por dos vergas. -Jajajajajajaa Ella se acercó y nos besamos apasionadamente, luego ambas nos salimos en busca de su esposo. -¿Y cómo sabremos dónde está? -Casi siempre usa la misma habitación y al igual que yo jamás cierra esa estúpida cortina.
Caminamos de la mano un poco más, las tetas de ambas se movÃan en forma sugerente totalmente desnudas al igual que nuestras caderas, las nalgas de ella eran tal cuál las imaginé, hermosas y muy bien esculpidas, yo observaba la acción en varias habitaciones que no tenÃan las cortinas puestas, en al menos un par se observaban más de cuatro personas teniendo sexo, era una locura de sexo, otro mundo, un mundo lleno de morbo y deseo absoluto. De pronto vi a Omar, mi amigo, me detuve y no pude evitar quedarme observando, un tipo enorme se follaba a mi amigo y este gemÃa como a punto de morir, estaba de posición de perrito justo en la orilla de la cama y el tipo de pie le daba tremenda cogida, la verga de mi amigo Omar estaba totalmente erecta y goteaba. ¡Vaya follada!, mi amigo Omar tenÃa el culo mega abierto porque la verga de ese tipo era gigante. -¿Qué pasa? -Es mi amigo y le están dando una cogida monumental por el culo, jamás imaginé que fuera gay. -Tal vez no lo sea, solo disfruta del sexo al igual que tú y yo. -¿Quieres buscar a mi marido o nos unimos a tu amigo y a ese gigante? Ambas vergas me parecen más que buenas. -No, no sé si a él le guste y para serte honesta, muero por follar con tu esposo. Ella sonrió y seguimos, la habitación donde estaba su marido estaba a dos de la de mi amigo Omar. El tipo no era guapo, era súper guapo, un hombre entrado en edad, una delicia de hombre, muy varonil y guapo, en ese momento se follaba a una mujer bajita bastante llenita, muy joven y en el sofá estaba un tipo de edad similar a la chica haciéndose la paja mientras los observaba. -¿Es tu esposa? El tipo del sofá asintió con su cabeza, perdido en su tarea de masturbarse. Era también algo gordito y su pene aun erecto era bastante pequeño. El esposo de “mi amiga” tenÃa una verga mortalmente rica, deliciosa. Ella se acercó a su esposo, ambos se besaron casi tragándose la boca. Luego se dirigió de nuevo al tipo del sofá y le preguntó: -¿Quieres coger o solo observar? -Siéntate en mi verga yaaaaaaaaa.
Ella tomó uno de los condones que habÃan por todas partes, se lo puso al tipo y se sentó metiéndose aquella verga que al lado de la de su esposo parecÃa diminuta y empezó a cabalgarlo en forma rápida y fuerte, yo no creÃa que ella pudiera estar disfrutando tanto como aparentaba, pero gemÃa y se movÃa como que asà era. -Querida dale un momento a mi marido, ya te atiende. Ella a pesar de ya estar en plena “faena”, aún estaba al pendiente de mÃ. El tipo del sofá estaba como loco y no era para menos, ella se movÃa increÃblemente bien, parecÃa licuadora. En la cama “el esposo” y “la chica” seguÃan en lo suyo, ambos sobre la cama, ella en posición de perrito, él clavándola fuerte, por los gemidos y gritos que daba la chica se entendÃa que estaba a punto de correrse y asà fue, de pronto cayó rendida con un fuerte orgasmo. Yo estaba totalmente excitada, ver a dos parejas teniendo sexo enfrente mÃo, me estaba llevando al delirio. La chica se levantó de la cama y se fue al sofá, besaba a su marido y a mi amiga, empezando casi de inmediato a gemir de nuevo. Aquel delicioso hombre, esposo de mi amiga, se acercó a mÃ, era muy alto y sumamente atractivo. Puso ambas manos en mis tetas y empezó a apretarlas firmemente, pero sin lastimarme, mirándome fijamente a los ojos. -Ricas, muy ricas tus tetas Su pene seguÃa erecto y cubierto por el condón que él cambió con habilidad profesional por uno nuevo, me estremecà de pensar que ese nuevo condón iba a ser usado en mÃ, sin duda ése era uno de los hombres más deliciosos que me habrÃa follado laguna vez. -¿Que se te antoja? Hasta su voz era exquisita.
-Cógeme como te cogerÃas a una puta, ¡quiero ser tu puta! Eso pareció accionar de inmediato su deseo porque me tomó y me lanzó a la cama, se colocó encima y empezó a besarme como desesperado, su boca era carnosa, evidentemente era un boca de hombre, me encantaba esa boca, algunos pelitos de su bigote de tal vez dos dÃas sin afeitarse, me picaban la piel y yo solo deseaba gritar ¡hombre delicioso, cómeme completa la boca!, su peso me ahogaba, pero me excitaba totalmente, en un momento se levantó poco y empezó a follarme como demente, su polla era tan grande que al entrar de golpe me hizo sentir un poco de dolor y eso que mi concha estaba totalmente lubricada, las embestidas de ese tipo eran fortÃsimas, me estaba partiendo en dos, esa verga me llenaba toda, absolutamente toda. Entraba y salÃa mientras una de sus manos iba de una de mis tetas a la otra apretando mi carne. De pronto me dio vuelta y me puso al igual que la chica que se acababa de follar, en posición de perrito y empezó a penetrar mi coño desde atrás, entraba y salÃa y mis tetas libres se movÃan fuertemente. Me pareció escuchar al tipo del sofá hacer un sonido ronco cuando se corrió, observé como ambas mujeres se besaban encima de él en forma apasionadamente brutal, la chica tenÃa una tetas muy pequeñas, pero eran paraditas y en ese momento vi cómo se las comÃa la mujer que hacÃa solo un rato se comÃa las mÃas, ella era una experta en eso y yo disfrutaba con aquella follada de lujo que me daba su esposo, era demasiado placer, mucho más del que podÃa sobrellevar, mi cuerpo estaba por estallar. Él sacó su verga de mi coño y apuntó a mi culo, mis alarmas se encendieron, jamás me habÃa follado el culo una verga de ese tamaño y no estaba segura de poder, él empezó a pasarla alrededor de mi ano, la metÃa de vuelta en mi coño y luego la pasaba de vuelta en mi ano, sin penetrarme, pero buscando excitarme lo suficiente para hacerlo. Metió la puntita, yo sentà desgarrarme, pero no di muestra de dolor, la sacó y me siguió bombeando en el coño, luego intentó de nuevo meter su polla en mi ano, entró un poco más y yo grité, el volvió a mi concha y me dio más duro, mucho más duro, parecÃa castigarme por no dejarle entrar esa polla entera en mi culo, pero algo me decÃa que el no iba a desistir de clavarmela y asà fue, lo hizo una vez más y aunque nuevamente solo entró una parte, esta vez sentà que la vida se me iba, porque el placer de saberle rompiéndome el culo al mismo tiempo que mi concha estallaba era demasiado placer para un solo momento. Volvió nuevamente a mi coño y me dio durÃsimo de nuevo. Yo no aguanté más y me corrÃ, estaba totalmente exhausta, mi coño palpitaba con mucha fuerza y mi ano lanzaba oleadas de deseo y dolor. -Vamos amor, tu verga es muy grande vida, sabes lo que me costó a mi darte mi culo. Y ella dirigiéndose a mi, dijo casi con voz maternal… -Querida y hermosa mÃa, ese culo tuyo es un diamante en bruto que pronto mi marido abrirá completo para él. Ella se acomodó a mi lado en la cama, en la misma posición de perrito en que yo me encontraba. -No te quites el condón, quiero que me folles con los jugos de ella, son mÃos también amor. Ella buscó mi boca mientras él la empezó a follar mucho más rápido y fuerte que a mà y a la chica. Eran tan fuertes sus movimientos que tuvimos que suspender nuestros besos o nos lastimarÃamos. Yo me acosté sobre mi espalda totalmente satisfecha, mientras tanto ambos gemÃan follando Pude ver a la pareja de jóvenes caminando hacia el jacuzzi, mmmm serÃa rico unirme a ellos, también sentÃa necesitar un baño, pero antes querÃa ver llegar a aquella delicia de pareja, eran tal para cual, bellos y endemoniadamente sexuales. -Querida, mira lo que he logrado con este hombre, no sabes lo que lo disfruto y él difÃcilmente logra acabar a menos que tenga un culo que le de ese placer, pronto lo podrás hacer con él, es otro nivel de placer increÃble, de seguro habrás tenido sexo anal, pero con él es lo mejor de lo mejor. Ella arqueó su delicioso culo y aquel hombre totalmente experto le metió aquel pedazo exquisito de polla hasta lo más profundo. Ella no se habÃa quitado aún sus tacones rojos y aquella imagen evocaba la más lujuriosa pelÃcula porno. Mori de placer, aquellas embestidas eran excitantes mil por mil, ella estaba totalmente perdida de placer y él con sus ojos cerrados parecÃa haberse ido a otra galaxia, ambos gemÃan y gemÃan, mis ojos incrédulos no podÃan dejar de ver aquella verga metida hasta el pegue en aquel ano. De pronto él se detuvo, se sacó de un solo el condón, lo tiró y siguió follando el culo de su mujer sin ninguna pausa ni cuidado, era fuerte, bombeaba, entraba y salida y cada arremetida era más fuerte aún. Yo no podÃa dejar de tocarme y tuve un nuevo orgasmo, mientras veÃa ese sexo anal de infarto y a la vez escuchaba gemir en el agua a los dos jóvenes que volvÃan a darse placer. Ella se corrió primero y unos segundos después él, sin sacar del culo de ella aquella verga grande, gruesa y jugosa, se tumbó encima de ella, ambos estaban a mi lado con los ojos cerrados. Sus respiraciones iban a mil. Yo no podÃa más, estaba totalmente agotada. Aquella noche conocà una nueva faceta del sexo, fue total y absolutamente excitante y gratificante. No solo tuve una excelente noche de sexo con aquella deliciosa pareja, agregué dos nuevos amigos a mi vida personal y dos excelentes amantes a mi vida sexual. Luego de ese dÃa visité varias veces el Bar, pero visité más veces la casa de mis primeros amantes del bar. Ellos con su excéntrico gusto por los intercambios y las orgÃas logran fiestas demenciales donde todos y cada uno de los invitados se va satisfecho. A Omar no le dije nada de lo que vi, pero ya pronto tocaremos el tema porque al igual que él aquella noche yo también tuve mi propio encuentro gay, que no me hizo lesbiana, porque sigo amando y adorando a los hombres, pero si me dio una amplitud mayor en el sexo. El placer no es cuestión de género, es sentir y hacer sentir… ¿tú que piensas?
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