
REGALO SORPRESA PARA MI ESPOSA
Hola, espero que les guste este relato, sucedió el año pasado; me llamo Arturo, soy un hombre casado, tengo 39 años y mi esposa 38 años, ella se llama Rebeca y mide 1.65 metros, pesa 55 kilos y tiene un cuerpo que cada vez que la veo desnuda y con ropa sexy, me dan ganas de hacerle el amor. En una noche de Viernes, las dos hijas que tenemos se habÃan ido a pasar la noche en casa de mi suegra, eran las 10:00 de la noche cuando estábamos en la recamara empezando a hacer el amor, ella se habÃa tomado 3 vasos de vino, por lo que se encontraba relajada, empezamos a besarnos y a acariciarnos al momento que yo le quitaba el vestido rojo apretado al cuerpo quedándose únicamente en pantaletas, sostén y con un liguero negro al cual tenÃa sostenidas las dos medias negras, le quité el sostén y le empecé a mamar los pezones, "ah, que rico, que rico" -decÃa ella al momento de desabrocharme la bragueta del pantalón para sacarme la verga que ya estaba bastante grande y dura, después de tener en sus manos aquel miembro caliente, ella se hinco y empezó a mamar mi verga como ella sabe hacerlo y que a mà me vuelve loco. En eso estábamos cuando tocaron a la puerta, "¿quién será a esta hora?"-pregunto ella al momento de seguir jalándome la verga, me abroché el pantalón y bajé a ver quién tocaba, vi que era mi compadre Lalo quien tenÃa ya algunas semanas que estaba separado de su esposa, y se veÃa algo preocupado, le abrà la puerta "hola compadre, que milagro" -le saludé al momento que abrÃa la puerta, "hola compadre ¿cómo están?" -me contesto con voz algo grave debido a que venÃa con algunas cervezas encima, lo invite a pasar a la sala.
Tome del refrigerador un paquete de cervezas, abrà una para mà y otra para él, estuvimos platicando por 15 minutos sobre su trabajo, que habÃa hecho los últimos dÃas, etc. cuando en ese momento baja mi esposa "¿quién era?" – pregunto al momento que vio a mi compadre y el alcanzo a verla tal y como estaba vestida: con una bata corta de seda color morado en la cual se le notaban los pezones parados y bajo esta, sus piernas enfundadas en medias negras, "compadre¡" – exclamo cuando lo vio y no supo que decir, "buenas noches comadre¡" – le contestó Lalo al momento de estarle viendo sus pezones a través de la bata, en eso, yo entré en la plática para relajar el momento, "es Lalo, vino a invitarme unas cervezas, pero le dije que preferÃa quedarme en casa y le invite una cerveza" después le dije "ven y siéntate aquà con nosotros", Rebeca se acercó y le dio un abrazo y un beso en la mejilla al compadre cuando sintió el enorme bulto de Lalo en la entrepierna -era obvio que mi esposa lo habÃa excitado, ella se sentó junto a mà y enfrente de Lalo, él no podÃa quitar sus ojos de los pezones y las piernas de mi esposa y disimuladamente los veÃa cada vez que podÃa.
Me decidà a poner música para relajar el ambiente. Cuando se estaba tocando una balada que le gusta mucho a mi esposa, ella me invito a bailar, mientras bailábamos, notaba en Rebeca cierto aire de niña traviesa y veÃa de reojo como el compadre no quitaba la vista de las caderas de mi esposa, se terminó la pieza y luego siguió otra con el mismo ritmo, nos sentamos y luego ella invito a bailar a Lalo, "ven compadre enséñale a Arturo como se baila este tipo de música" – ella le mencionó al momento que el compadre me preguntaba: "¿no hay problema compadre?", y yo le contesté: "claro que no compadre, adelante, estamos entre amigos", por lo que se pusieron a bailar y noté que Lalo tomaba a Rebeca de la cintura y la empujaba contra sà mismo, ella se dejaba llevar -quizá sintiendo el miembro de Lalo que ya estaba muy grande y caliente. Al verlos bailar de esa forma y en la forma que estaba vestida mi esposa, empecé a sentirme muy excitado y mi verga empezó a mostrar mi reacción, era una nueva sensación para mà pero me gustaba mucho y me sentÃa orgulloso de tener una esposa tan hembra.
Seguimos bailando y platicando entre bromas hasta que pasó una hora, yo seguÃa cada vez más caliente pensando en que no era mala idea que mi compadre le hiciera el amor a mi esposa, esa serÃa una forma de demostrarle a ella cuanto la amaba y a mi compadre que lo apreciaba bastante -cada minuto que pasaba, esta idea se me hacÃa más atractiva, pero ¿cómo podÃa decirle eso a mi esposa o a mi compadre sin temor a que alguno de ellos reaccionara negativamente? Después de un rato de pensarlo, maquine un plan, le pregunte discretamente a mi señora si podÃamos invitar a dormir al compadre esa noche, justificando que ya era muy noche (no era tan tarde) y que era peligroso conducir ebrio, ella acepto, por lo que le dije a Lalo: "compadre que te parece si te quedas a dormir en la casa, hay lugar y ya es algo tarde", él aceptó debido a que ya estaba algo tomado y en realidad era peligroso irse en ese estado, le dijimos que podÃa dormir en el sofá cama que se encuentra en la planta baja, preparamos el sofá cama, Lalo se sentó en él y Rebeca y yo nos subimos a nuestra recamara.
Cuando estaba preparando la cama para acostarnos, estaba pensando que seguid cuando en ese momento Rebeca me pregunto: "¿Oye, está haciendo frÃo, quieres llevarle unas cobijas a Lalo?", -este era el momento esperado, – a lo que yo le contesté: "llévaselas tú, sirve de que le ayudas a tender el sofá cama", ella dudo al principio, pero después acepto Tomo un par de cobijas y bajo la escalera, yo disimuladamente me asome por un lado de la escalera y me quede observando, cuando ella bajo, Lalo se volteo y cuál fue la sorpresa de ella que vio que Lalo solo traÃa puesto una trusa por la que se le asomaba en la parte superior el glande del enorme pene de mi compadre que se le adivinaba a través de la trusa, era más grande que el mÃo, media aproximadamente 8 pulgadas y como 6 de diámetro, Rebeca se quedó sorprendida viendo aquel enorme animal, al mismo tiempo que se caÃan las cobijas de las manos, cuando se agacho a levantarlas, Lalo se acercó a ayudarle, se agacho y en vez de tocar las cobijas, toco el muslo de mi esposa, al sentir el roce de la media, este subió la mano a través de su pierna a lo que ella reacciono soltando las cobijas, le paso al compadre las manos alrededor del cuello y le dio un beso húmedo y largo al cual Lalo correspondió de manera apasionada, la levanto y la recargo contra la pared, frotando su verga contra el vientre de Rebeca, pasándole las manos por las nalgas de mi caliente esposa, le bajo la bata por un lado y le empezó a besar un seno, ella solo decÃa: "ahh, que rico, ahh, que rico", el compadre la levanto en peso y presiono su verga contra el burro de mi esposa -que ya debÃa estar muy mojado, ella solo gemÃa y decÃa: "ah compadre que rico, que rico, que vergota tienes", y la llevo al sofá cama, ella se quitó la bata quedando solo con liguero y medias, él se quitó la trusa y brinco su verga cuán grande era;
yo no podÃa contenerme de lo excitado que estaba, ahà estaba otro hombre a punto de cogerse a mi caliente esposa; Ella le agarro con las dos manos la verga y se la empezó a mamar desesperadamente, después, Lalo la acostó boca arriba, le puso el glande en los labios de su burrito y de un golpe le metió toda su verga, ella pego un grito y cerró los ojos, después, mientras mi compadre embestÃa fuertemente, ella volteo hacia arriba, me vio en las escaleras , me sonrió y me dijo: "baja mi amor, tú también te puedes unir a la fiesta, ya verás de lo que soy capaz", el compadre solo me vio, se sonrió y me dijo: "que buena hembra tienes compadre", yo solo pude contestar: "a la orden compadre", :baje, me quite la ropa y le puse la verga a mi esposa frente a la cara, ella la tomo con la mano derecha -mientras con la izquierda acariciaba el brazo de Lalo- y después me la empezó a mamar, después de unos minutos ella dijo: "quiero cambiar de vergas", Lalo le saco la verga, yo me movÃ, se la metà por delante y Lalo se la puso para que ella la mamara, asà cambiamos posiciones tres veces hasta que ella dijo: "quiero sentir las dos vergas dentro de mà al mismo tiempo, cochenme rico ", por lo que le saque la verga y dije a Lalo que se acostara boca arriba, y a ella que se sentara en él, cuando lo hicieron, dije "compadre préstame tu verga para preparar a mi vieja que ya está bien caliente", le tome la verga a Lalo (que en ese momento estaba dentro de Rebeca) y se la metà a mi esposa por delante, después se la saque y se la puse en la entrada del ano, repetà esa acción 5 veces, le deje la verga a Lalo cuando Rebeca la tenÃa adentro y le empecé a meter el dedo Ãndice en el ano a Rebeca, ella decÃa "ahh, sÃ, quiero dos vergas, que rico" y yo seguÃa con mi dedo mientras que Lalo se la estaba metiendo por delante.
Le dije a Lalo: "espera", le tome su verga y la saque de dentro de mi esposa, luego me puse arriba de ella viendo su espalda mientras ella estaba sentada en Lalo viéndolo de frente, me puse vaselina en el glande y le metà despacio la verga a mi esposa en el ano, ella dio un grito de placer, después le agarre la verga a mi compadre y la guie a la vagina de mi esposa, finalmente ella tenÃa dos vergas dentro de sÃ, se movÃa y gritaba de placer, yo podÃa sentir la sensación de tener a través de unos tejidos otra verga grande y dura, estuvimos asà por varios minutos hasta que Rebeca tuvo tres orgasmos, Lalo se vino en el burrito de mi esposa caliente y yo en su rico y apretado ano, que fabulosa sensación! Nos quedamos asà por unos minutos, nos levantamos y yo me fui al baño a limpiarme, después me fui a dormir, cuando desperté Rebeca no estaba a mi lado, me asomé y vi que se habÃa dormido con el compadre. Despertaron y al verme se les notaba que tenÃan cierto sentimiento de culpabilidad, les dije que no se preocuparan que habÃa sido especial la noche anterior y que no habÃa nada de que arrepentirse. Desayunamos entre bromas, despedimos al compadre y fuimos a recoger a las niñas a la casa de mi suegra. Ella después me platico que después que me subà a dormir, Lalo la abrazo y no la dejo subir, estuvo besándola y acariciándole los senos hasta que se le volvió a parar la verga, después le hice el amor dos veces más, una vez se vino en su burrito y posteriormente también la penetro por detrás hasta venirse, ella me comento que nunca pensó que aquel animalote le pudiera caber en el ano. Le comenté que si Lalo aceptaba, repetirÃamos otro dÃa la fiesta.
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