Carla: La despedida al embajador y donación de semen Parte 7


Carla: La despedida al embajador y donación de semen

Parte 7

No creo que sea necesario, aclaro que nuestros relatos son 100% veraces.

Aunque sea a veces, y sólo a veces, las situaciones se alinean sin que uno lo busque. Luego de despedirnos de nuestro nuevo amigo y semi vecino, estando con Carla en el apartamento de alquiler temporario, al rato nos tocan timbre, y era el “vecino” para entregar a Carla, algo que se habĆ­a olvidado ella en nuestra ida al apartamento de Ć©l. Por supuesto Carla no habĆ­a olvidado nada, pero el amigo, enterado de la mĆ”xima de nunca pedir nunca rechazar, se sintió obligado a ser (muy) atento.

Por supuesto Carla le agradeció y todos reiteramos nuestra voluntad de que hubiera mas encuentros (“quiero esa pija de nuevo” dijo la interesada!).

Y aquí viene lo de la alineación de circunstancias. Un rato después, me llama nuestro amigo el Arq. B. Quienes no lo recuerden, lean el relato de nuestra primera vez con B y su socio A, y verÔn que a posteriori de los dos caballeros, se incorporaron sus Sras. Lu y Mica.

Saludos, preguntas sociales, y finalmente, llegamos al motivo de su llamada. Sorpresa total.

Desde hace tres meses estÔn buscando embarazo de Mica, la flaquita divina, que hizo de mucama de Carla cuando recibió al alto ejecutivo.

Pero el embarazo no llega, y ahĆ­ viene un comentario “mi cuenta de espermatozoides es un poco baja” y una pregunta…

Les parece disparatado un refuerzo de esperma en los dĆ­as adecuados? Podremos contar con amigos donantes desconocidos? No vamos a comprometer a nadie, serĆ­a en total reserva y nunca se sabrĆ­a quien de los varios fue el que tuvo Ć©xito, o yo… dijo B.

Quedamos sumamente sorprendidos (Carla oĆ­a en altavoz) pero comprendimos cuanto le costarĆ­a espiritualmente a ellos hacer ese pedido… y obvio le dimos nuestra respuesta:

-Seguro que sí, Sergio a la orden, y tenemos algunos amigos ideales para eso. Incluso desde ya aconsejamos que al menos ustedes utilicen mÔscara, y que sea algo sin prolegómenos, yendo directamente a lo que se buscaría.

—Nos ayudan entonces? Los dĆ­as ideales serĆ­an el próximo sĆ”bado y domingo. De dĆ­a; porque a la noche, lo hacemos nosotros dijo B.

Era miƩrcoles, y esa tarde, comenzaba la despedida al Embajador, hasta el jueves.

-Perfecto, tienen idea? Dos o tres por dĆ­a? Eso harĆ­a un tremendo aporte a toda hora.

—Perfecto, aunque no saben cuanto nos cuesta, lo deseamos. Y si fuera necesario repetimos en un mes verdad?

-Seguro, no lo duden! Desean algo en especial?

—Que sean de nuestro tipo, cabello negro, piel blanca, fĆ­sico tipo comĆŗn como ya les pedĆ­, debe ser fĆ­sicamente como si fuera mĆ­o, nuestro, y quizĆ”s lo sea, nunca sabremos quien la fertiliza.

-Mica estĆ” de acuerdo? No hay lĆ­mite de edad?

—Totalmente de acuerdo, lo desea, y mas, si alguno de los donantes lo desea, podrĆ”n frecuentarla, como gratificación, a partir del tercer mes, ya con todo afirmado, y despuĆ©s del parto a merendar! No vamos a ser menos que Lu, aunque ellos lo hicieron solitos.

-Les proponemos hacerlo en sĆ”bado aquĆ­, y el domingo, sorpresa total… para excitarla y que los reciba bien caliente, tenemos algo planificado y serĆ­a buenĆ­simo sumar lo vuestro.

-Hola! Soy Carla, me sumo a la conversación y creo que para eso lo mejor es que todos tengan con ella su primera eyaculación del día, a solas o con B presente, y si ellos quieren, pueden estar conmigo a posteriori, todos van a ser conocidos de Sergio y míos, con garantía de salud, obvio.

—Lo damos por hecho? El sĆ”bado despuĆ©s de hacerlo entre nosotros vamos al apartamento con Mica. No cuentes con A pues ya hablamos con Ć©l y Lu y prefieren esperar a mas adelante, si es que debemos sumar otro intento.

-Genial, y si lo desean, el sƔbado traigan antifaces.

—Hecho.

Ya era casi mediodƭa, nos fuimos a almorzar, volvimos, descansamos y nos preparamos para invitar al vecino para el sƔbado y a eso de las 18 recibir al Embajador, para comenzar con su despedida. .

Es, de los tres embajadores amigos (que siempre hemos nombrado 1, 2, y 3), el que mas recientemente se incorporó al cĆ­rculo Ć­ntimo, y justamente, en primero en tener que finalizar su servicio en Uruguay. Gran amigo, de generosidad permanente, y bueno en la cama, y ademĆ”s en su embajada, es chofer y security, el Ćŗnico negro que “tenemos ahora en nuestro cĆ­rculo, un monumento, pero por suerte Ć©l se queda.

A las 17 llamamos a nuestro vecino temporario, el veterano, vino con curiosidad, y en cuanto le explicamos el tema de B y Mica, aceptó encantado… (creo que ademas interpretó que eso le facilitarĆ” mas acceso a Carla).

Tanto conversamos, tanto miró y admiró a Carla, que estaba aĆŗn cuando llegó “3“.

Los presentamos y el vecino se fue… tambiĆ©n le explicamos a “3” lo de Mica y B y aceptó para ser uno de los donantes del sĆ”bado

Y a partir de allĆ­, a la despedida!

Carla, decidida a despedirlo por todo lo alto, se habĆ­a puesto un nuevo conjunto de obvios zapatos de tacazo, medias negras, micro tanga hilo, con solamente una tirita rectangular al frente, que tapaba solamente el sexo, pero no los pelitos, que enloquecen a “3”.

Arriba, un hermoso corset negro under bust (tetas al aire) y un collar de perlas de tres vueltas largas. Por encima de eso, un vestido de red, solamente red, negro, de sex shop, elastizado, y con cristales Swa pegados por aquĆ­ y allĆ”, que hacĆ­an un hermoso efecto de brillos.

Por encima, una bata larga de satén negro, totalmente cerrada (la había abierto cuando llegó el vecino, para motivarlo a aceptar lo del sÔbado.

Una vez solos los tres, y habiendo convenido lo del sÔbado también con 3, como casi siempre Carla se paró y yo la despojé de la bata, y quedó aún con el vestido de red puesto, toda a la vista del embajador.

Como siempre a él se le iban los ojos. La hice desfilar, Los pezones salían a través de la red del vestido, al igual que los pelitos. Las tetas a la vista, al igual que el culo, solamente un hilo en el canal entre los glúteos.

Como siempre, marca de fÔbrica, se le acercó para dejar que la acariciara, pasaba sus manos y lengua por los pelitos, y él mismo le sacó el vestido de red para acariciarla y acariciarla, parados largo rato, y ocasionalmente se besaban enlazando las lenguas.

Yo los miraba disfrutando de ese espectÔculo por última vez con él, me dediqué a acariciarle la cola, que sabía estaba preparada para todo (siempre se prepara Carla para no tener sorpresas si se da el anal).

“3” le quitó la tanga, le lamió largo rato los pendejitos y la concha, mientras ahora yo la besaba. Cayó al piso tambiĆ©n el corsĆ© y Carla se adelantó al dormitorio.

Cuando llegamos nosotros estaba recostada, de costado, sobre sĆ”banas de seda negra, una hermosura como resaltaba su cuerpo, el collar y las medias…

El embajador no dudó, arrodillado en el piso, metió su cabeza entre las piernas de Carla para seguir chupÔndole la concha, lamiendo el clítoris y lamiendo y acariciando los pelitos. Por mi parte, le acerqué la pija a la boca para que me hiciera una de esas memorables chupadas que tanto disfruta ella de hacer y los amigos y yo de recibir.

En cierto momento el amigo se paró, ella se giró a estar boca arriba y él se tendió sobre ella comenzando a besarla y a refregar su miembro mas que duro a esa altura sobre los labios de la concha de Carla.

De vez en cuando volvĆ­a a bajar a hacerle oral, lo cual yo aprovechaba para chuparle las tetas y para besarnos de lengua.

Finalmente, muy lentamente se la comenzó a meter, hasta que los huevos tocaron el cuerpo de Carla. Y entonces empezó un vaivén lento, cadencioso, que ellos disfrutaban y yo también al verlos.

Por supuesto yo le acariciaba las tetas, le daba a chupar mis dedos, y asĆ­ llegó el momento en que “3” acabó con un sonoro ah de satisfacción, aunque siguió algunos segundos mas entrando y saliendo de Carla (“como me gusta sentir los chorros bien adentro”).

Cuando se salió definitivamente, le pedí a mi chica que me montara, y fue el turno de él de dedicarse a chuparle las tetas y besarla.

Cuando me derramĆ© en ella, nos limpió a lengua nuestros miembros. RĆ”pida ducha, y “3” dijo y si en vez de salir a cenar nos quedamos?

Aceptamos gustosamente, pedimos algo muy liviano por delivery al restaurante fino de la zona y Carla dijo espĆ©renme en el living, me visto y les hago compaƱƭa…

En dos minutos aparece… un largo camisón transparente, negro, tan largo que arrastraba una pequeƱa, cola para mas elegancia, como vestido de novia, oero negro, transparente y con un escote hasta la cintura, bastante abierto, ribeteado de puntillas tambiĆ©n negras, en la zona de los senos, una rosa bordada sobre cada uno disimulaba y realzaba las areolas al mismo tiempo. ElegantĆ­simo. Sin tanga, todo se vislumbraba a nivel de su pubis y de su culo.

Yo sabĆ­a lo que iba a ocurrir, llegó el delivery y Carla se adelantó a atenderlo, verificando que sus lolas estuvieran lo mas al descubierto posible, sin sacarlas del camisón… Le abrió la puerta al delivery, vio que era el mismo que ya nos habĆ­a traĆ­do comida (en otro relato), y lo saludó con un alegre -”Hola! Otra vez por aquĆ­?”

—SĆ­, Sra! Siempre me toca esta zona. Y yo encantado. La Ćŗltima vez la propina fue muy buena! (la habĆ­a visto casi que mostrando todo).

-Que bueno que te gustó aquella propina. Ya pagamos con tarjeta, y servite estos 500 por el servicio de hoy. Y las miradas son de regalo!

—Gracias Sra! La admiro. Tome mi tarjeta por si algĆŗn dĆ­a precisa entrega urgente, me llama y yo agilizo todo!

-Gracias la guardo y lo tendré en cuenta, y se guardó la tarjeta en el seno! Ja ja.

El pibe se fue eufórico sin dejar de mirarla.

Cenamos, conversamos… tomamos un cafĆ©, buena ocasión para que Carla fuera y viniera luciendo su cuerpo y el camisón, una hermosura hecha por su modista, inspirada en una foto de la pĆ”gina de una escort.

Llegado ese momento, y siendo casi las 10 de la noche, le dije a nuestro amigo:

-Ha sido un placer y un honor conocerte, y creo que ya que vuelves a tu paĆ­s, mereces que Ć©sta noche quede en tu recuerdo… disfruten, yo me voy…

TendĆ­ la mano a Carla, la hice desfilar luciendo a pleno su modelito y su cuerpo.

La detuve de frente a él, le bajé los mínimos breteles del camisón y éste cayó al piso.

Le hice dar un giro completo admirando su desnudez, las tetitas erguidas y duras, el culo hermoso, el pubis glorioso con aquella divina tirita de pelos, la acariciĆ© por todos lados, nos besamos y mientras me despedĆ­a del embajador del embajador con un abrazo, Carla se fue al dormitorio, guiƱƔndome un ojo y se despidió con un pĆ­caro “que duermas bien, no se si nosotros dormiremos”.

Y les dije: si quieren me llaman y me pasan imagen! Ja ja… y me fui.

LleguĆ© a casa, llamĆ© por telĆ©fono a mi “vigilante” que ya estaba yendo del sur al norte argentino con sus amigas, y me dediquĆ© a leer y hacer la agenda de llamadas para cumplir el domingo lo pedido por B; el sĆ”bado ya estaba completo.

A eso de la 1 de la madrugada, o 1 a.m. Si quieren, video llamada desde el celu de Carla, solamente image…

Se veĆ­a la hermosa cola, en cuatro, con una pija entrando y saliendo de su concha a buen ritmo, lo Ćŗnico, sin que me hablaran, eran los repetidos gemidos de Carla y algĆŗn “uffff “o “que divino” de boca de Ć©l.

De pronto, Ć©l la fue sacando, le pasó un dedo con gel en su culo perfecto y apoyó su miembro…empujando suavemente, se lo metió todo y comenzó a moverse cada vez con mas ritmo, hasta que de pronto cortaron y me dejaron con esa imagen.

Al otro día, o sea el jueves pasado, hice las llamadas que había planeado, para organizar la donación de semen del domingo, la del sÔbado ya estaba armada, y todo se arregló de maravilla.

Luego, me había librado del trabajo por todo el día, fui al apartamento del golf, y los encontré aún en la cama, desnudos y jugando.

AprovechƩ a jugar un rato y Carla me hizo una hermosa chupada, recibiendo en la boca lo que tenƭa para ella.

Me contaron que casi no durmieron alternando fornicación, juegos y mimos.

Se ducharon, salimos a caminar un poco, yo los dejaba adelantarse o retrasarse solos, el security nos seguĆ­a a prudente distancia…

Pasando cerca del shopping de P.C. El embajador propuso ir de compras (-compras? Con todo lo que me regalaste?). —Alguna cosita de recuerdo! Y tenĆ©s que saber, Sergio, que la invitĆ© y te invito a ti a visitar mi paĆ­s cuando quieran, y obvio, ella irĆ” gratis!

Agradecimos como corresponde, fuimos de compras, almorzamos y de regreso al apartamento y el Golf, compramos algo en un sex shop.

De tarde, tal como habĆ­amos arreglado, fueron llegando personas para la despedida de grupo… A y Lu, la Sra Marife y su hija Sofi (ya se las harĆ© conocer en otro relato, pues junto al hijo/hermano, Gonzalo, forman un hermoso grupito especial y muy reservado, aunque accedieron a venir en vista de la importancia del homenajeado.

Se sumó Luis, administrador de los apartamentos y uno de los colegas embajadores, el otro no pudo concurrir.

La tarde fue, como decirles, inenarrable… Casi todos aprovechamos a merendarnos las tetas de Lu, aĆŗn llenas de nĆ©ctar, Marife y Sofi fueron muy del agrado de los que no las conocĆ­an, y no es para menos.

El “chiquito” y tetas de Marife y toda Sofi fueron reiteradamente visitados. Yo disfrutĆ© ampliamente de Lu, y todos los caballeros y Sofi participaron repetidamente con Carla.

La confianza imperante y las garantƭas de anƔlisis, hicieron que todos disfrutƔramos sin lƭmites, al natural y a pleno.

Y por cierto, como faltan 15 dĆ­as para el viaje del embajador, Carla le hizo saber Que si desea algĆŗn otro encuentro, se puede repetir la despedida personal.

Y asƭ terminamos, quedando a la espera de las inseminaciones, por llamarlas de alguna manera, de sƔbado y domingo.



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