
Infidelidad consentida
Saludos, nuevamente les envÃo un relato más soy Fanny maestra de inglés en una institución educativa de nivel preparatoria ubicada por calzada de Tlalpan CDMX, de 50 años 1.50 de estatura, pecho 36C con los estragos que dejan los embarazos estrÃas y un poco de abdomen, piernas y nalgas aún firmes, casada y con permiso de Roberto mi esposo y cómplice de aventuras.
Después de la aventura desvirgando a tres jóvenes en mi relato anterior les cuento lo que pasó dÃas después.
Regresamos a clases para iniciar un nuevo ciclo, y en el pasillo hacia las oficinas administrativas me encontré con Adrián, me ruborice un poco al saludarnos, fue a realizar unos trámites de documentos para inscribirse en una universidad del estado de Puebla, pues la compañÃa en qué trabaja su padre lo asignó a una sucursal de ese estado, conversamos un poco y nos despedimos por si ya no nos veÃamos
Terminando las clases me dirigà hacia el estacionamiento y volvà a coincidir con Adrián pues lo habÃan tardado por qué el director no se encontraba y debÃa firmar el documento que solicit, me pidió un aventon a una estación del metro a lo que accedÃ, llegando al estacionamiento de autoservicio donde acostumbro estacionar mi auto lo abordamos y antes de iniciar la marcha conversamos sobre la tarde anterior donde me dieron coger con el y sus dos amigos, comentando que solo de recordarlo se hacÃa unas ricas pajas, la plática logró excitarnos, le dije que si tenÃa tiempo le podrÃa enseñar algunas cosas más para satisfacer a una mujer, dijo de inmediato que sÃ, arranque el auto y nos dirigimos a una farmacia para comprar un lubricante y después a un hotel de los tantos que hay en Tlalpan, en el camino le pedà que con discreción tocara mis piernas y mi vagina que ya estaba muy húmeda, yo a su vez le fuà tocando su pene que pedÃa salir de la bragueta.
Llegamos al hotel y en el garaje por ser entre semana y la hora temprana, habÃa pocos autos asà que aproveché para darnos un buen faje antes de ir a la recepción, este preámbulo fue el inicio de la enseñanza pues le pedà que me besara metiendo su lengua en mi boca y tocara la mÃa, a su vez con una de sus manos tocará mis pechos y con la otra acariciara mis piernas y sobara mi vagina, mientras yo abrà su bragueta para deslizar mi mano para sacar su miembro y pajearlo suspiraba excitado, nos hubiéramos seguido pero paramos cuando nos tocó en el vidrio una de las empleadas para preguntar si entrarÃamos al hotel, medio arreglamos nuestro aspecto y nos salimos hacia la recepción, a el lo vieron muy chico asà que le pidieron una identificación para ver si era mayor de edad, afortunadamente contaba con su INE, y nos asignaron la habitación en la primer planta, nos subimos por la escalera, en el corredor lo abracé y le pedà que sobara mis nalgas para seguir excitándolo.
Entramos a la habitación y le pedà que se pusiera atrás de mi para que besara mi cuello y atrás de las orejas que esto a cualquier chica le excita, que con sus manos inexpertas recorriera mis senos y mi entrepierna y restregarse su verga en mis nalgas, causando una sensación sumamente caliente, bajo el cierre trasero de mi vestido, di vuelta para que pudiera sacarlo dejándome solo con el brasier, la pantaleta y las pantimedias, me colgué de su cuello y lo bese con pasión, desabroche su camisa y cinturón para quitarle la ropa dejándolo completamente desnudo, besé su pecho lamà sus tetillas y vientre, bajando hasta quedar hincada frente a su verga bien parada y palpitando entre mis manos, recorrà con mi boca todo el tronco hasta la cabeza y la metà hasta donde pude en mi boca subiendo y bajando lentamente para no hacerlo venir tan rápido, poco después me levanté y lo tiré en la cama para poner mi vagina en su cara ordenándole que me la mamara como lo hizo la vez anterior dirigió su lengua inexperta hacia el clÃtoris dándome una buena mamada vaginal o cunnilingus mientras yo me acomodé para mamar esa verga casi virgen en un perfecto 69 fue tanta la excitación que tuve un gran orgasmo acelerando la entrada y salida de su verga en mi boca que también soltó un gran chorro de leche que trague saboreando hasta la última gota, diferente en sabor a las otras que he probado tal vez por ser tan joven, nos separamos un momento para reponernos me acosté junto a el para seguir besándolo y acariciando su cuerpo al igual que el hacÃa conmigo, me decÃa al oÃdo que era maravillosa, una gran maestra sexual, y yo le decÃa que todavÃa faltaba más, se repuso muy rápido y una vez que la tuvo parada de nuevo le dije que le iba enseñar a coger en diferentes posiciones que esto le iba a encantar.
Empezamos a coger de misionero, abrà mis piernas para que el se colocará en medio con mi mano le puse lubricante en la verga y la dirigà a la entrada de mi vagina entró suavecito y le pedà que lo metiera y sacará despacio para que sintiera como apretaba mis paredes vaginales y disfrutara cada momento, puse sus manos en mis pechos y yo puse las mias en sus caderas para controlar su ritmo, después de un rato le dije que cambiarÃa de posición puse mis piernas en sus hombros, antes de meterlo nuevamente le pedà que se deleitara viendo como habÃa abierto mi vagina con su pitote y que viera lo cerrado de mi culo que en poco tiempo también lo abrirÃa, vi como brillaron sus ojos de lujuria y ansiedad, le pedà que me lo volviera a meter despacio y sin prisa, tiempo despues después me puse en la orilla de la cama para que me diera en la posición de chivito al precipicio, jadeabamos de placer con cada embestida, me volvà a acomodar boca abajo abri mis piernas y me dio en la posición de la carretilla tomando mis piernas y empujar su verga hacia mi vagina, por último me puse en cuatro o de perrito, ambos ya estábamos necesitando venirnos asà que en esa posición le pedà que acelerará su mete y saca provocando en mi un orgasmo intenso seguido de otro más para después recibir su ración de leche tibia dentro de mi, todo esto entre jadeos y gritos de placer de ambos, nos tiramos nuevamente a descansar de esa buena cogida, le pregunté si aguantaba otro más para que me hiciera un anal, y me respondió que ni loco se lo perderÃa, asà que a revivir al amigo con una buena mamada y puñeta al mismo tiempo, una vez que la volvió a tener bien parada apliqué lubricante en su verga y en mi ano me puse boca arriba frente a él y puse una almohada en mi cadera para facilitar la culeada, le pedà que lo introdujera la verga poco a poco y poder disfrutar cada centÃmetro y asà lo hizo hasta tenerlo todo adentro dándome un placer enorme, le pedà que se moviera metiéndolo y sacándolo despacio para no lastimarme, no aguantamos mucho pues ambos nos venimos y fue un enorme placer recibir su leche dentro de mi culo que me provocó una serie de orgasmo uno tras otro.
Me soltó y quedamos tendidos uno al lado del otro, descansamos platicando lo satisfactorio de esta experiencia, me volvió a agradecer la enseñanza sexual y la paciencia, le dije que yo también agradecÃa su voluntad de estar con una persona mayor y permitirme disfrutar de sus primeros encuentros sexuales asà como de su cuerpo y juventud, me dió nuevamente un beso apasionado, nos bañamos para preparar la salida del hotel, nos vestimos y arreglamos la cabellera.
Bajamos al garaje del hotel para abordar el auto, lo lleve a la estación del metro más cercana y nos despedimos con otro beso.
Llegué a casa y Roberto ya habÃa llegado de trabajar, me preguntó si todo estaba bien, le dije que sà y le conté la aventura con Adrián, que no le avisé porque las cosas se dieron sin querer y además por lo excitante del momento me olvidé de todo, solo movió la cabeza y me dio un tierno beso.
Espero les haya gustado, hasta la próxima.
0 Comentarios